educativo. Precisamente, amparándonos en una mirada al futuro de la educación a través de los
saberes de Edgar Morin, podemos intuir que tenemos la posibilidad de ampararnos en un
enfoque transdisciplinar y en un pensamiento más complejo e inclusivo, que ponga de
manifiesto la necesidad de trascender los tradicionales paradigmas pedagógicos, en un intento
de promover la formación integral de la ciudadanía, fomentando habilidades como la
creatividad, el pensamiento crítico, la disruptividad como forma de hacer y de pensar, la actitud
coeducativa y la consciencia de todo tipo de desafíos globales. Desde la Museología de la
Educación tenemos y contamos con potenciales posibilidades pedagógicas y didácticas
encaminadas a poner en valor y divulgar un amplio conjunto de propuestas y acciones
educativas orientadas hacia un horizonte más inclusivo, complejo, accesible, igualitario y
orientado al desarrollo integral de todas las personas.
El hecho histórico no es una realidad fósil establecida simplemente por los documentos.
Los historiadores/as de la educación, mientras contribuyen a hacer historia del tiempo presente
(Cuesta Bustillo, 2010), tienen en sus manos múltiples posibilidades, para a través de los
Museos Pedagógicos (Álvarez Domínguez, 2016), contribuir al culto y puesta en valor de
materiales y recuerdos escolares. Lo que nos facilita interactuar con todos los sectores de la
sociedad de una manera más cercana, participativa, colaborativa y atractiva. Los museos
pedagógicos en estos momentos, están en disposición de reconocer que a través de diferentes
posibilidades, ideas, procesos y actividades didácticas, pueden contribuir a la creación de
nuevas relaciones intersectoriales e interinstitucionales que faciliten la divulgación de la
Historia de la Educación a través del estudio y conocimiento del patrimonio escolar. Es el
museo pedagógico un claro recurso facilitador de la extensión y divulgación del conocimiento
histórico educativo en conexión con la sociedad. Como hemos defendido en otras ocasiones
(Álvarez Domínguez, 2021; Álvarez y Rebollo, 2021), los museos pedagógicos son entidades
institucionales, culturales y formativas al servicio de la sociedad, que tienen como objeto de
estudio la historia y la memoria de la educación, así como la cultura escolar en sus dimensiones
material e inmaterial. Nos referimos a espacios encargados, no solamente de coleccionar,
conservar, investigar y exhibir el patrimonio educativo, sino también de divulgarlo y transferirlo
a la sociedad. Son estos espacios, centros activos de interpretación de la memoria educativa,
caracterizados especialmente por su apertura a la sociedad, sus planteamientos inclusivos y sus
propuestas dinamizadoras, y que tienen encomendado el reto de fomentar la participación de la
sociedad, propiciando encuentros intergeneracionales alrededor de los recuerdos y vivencias
escolares que todos los seres humanos compartimos.